«Mente y pantalla. El pensamiento mágico en la computadora» (Jorge Ballario. LibrosEnRed, 2005)
Uno de los aspectos más interesantes de la hipertextualidad es la superación, por un lado, de la perspectiva única –el punto de vista singular de un lector o un espectador frente a una obra– y por otro de la linealidad –el recorrido del lector por el texto es el que ha marcado el autor y éste va en una única dirección–.
Con la hipertextualidad, el texto deja de ser simplemente un diálogo bidireccional entre el autor y el lector, para convertirse en algo más amplio, en una «galaxia» que nos permite avanzar en diferentes direcciones, con el fin de ampliar información, aclarar puntos concretos o simplemente curiosear alrededor del tema sobre el que estamos leyendo. Así, el hipertexto logra romper, no sólo esa frontera, hasta entonces infranqueable, entre el autor y lector –liberando a ambos–, sino también la de la propia obra, que ya no se circunscribe únicamente a aquello que leemos en ese momento, sino que nos brinda la oportunidad de seguir ampliando su contenido a través de los hipervínculos.
¿Contribuye entonces el hipertexto a desarrollar nuevas formas de pensamiento no lineales, o más bien, ayuda a recuperar formas de pensar que ya existían antes de que la racionalidad lineal cartesiana acotara los límites cognoscitivos? ¿Cuál es el valor cognitivo del hipertexto más allá de erigirse como un nuevo método de organizar la información? ¿Los tipos de relaciones que nos permite establecer son capaces de modificar nuestros modelos de pensamiento a la hora de acceder al conocimiento, son capaces de producir significado?
La respuesta es amplia y sin duda compleja, pero si el hipertexto ha logrado modificar la forma en que comprendemos y expresamos el mundo que nos rodea, así como nuestras formas de lectura y escritura o la manera en que establecemos asociaciones, entonces también habrá logrado modificar la forma en que ese mundo se nos representa y, por tanto, la forma en que nosotros nos representamos dentro de él.
«Hipertexto y pensamiento: una búsqueda de nuevas herramientas de interlocución» (Antonio Gamba Bari).
maria arranz 
Hola Maria,
Des del meu punt de vista el teu article reflecteix perfectament la forma associativa de funcionar de l’hipertext. Però realment té similituds amb la manera de funcionar de la nostra ment?. Jo diria que la manera d’aprendre que tenim pot incloure la manera associativa. Si ens fixem en el corrent psicològic que es fonamenta en l’associació d’idees com a manera d’aprenentatge, podríem establir un paral·lelisme. No obstant això, crec que l’hipertext és una imitació bàsica de la forma de relacionar que té la nostra ment.
La descripció del corrent associacionsita en psicologia que dóna la wikipèdia és la següent: » la asociación es el mecanismo que explica cualquier actividad del ser humano, los defensores de las técnicas asociativas sugieren una serie de procedimientos de tipo asociativo a fin de poner en práctica un comportamiento creativo»1. Per tant l’hipertext reflecteix la creativitat, no obstant la riquesa de les associacions que fa la nostra ment és molt més elevada. Per exemple som capaços de relacionar una olor amb una idea o un objecte. En canvi en el ciberespai estem limitats a una representació visual i auditiva. D’altra banda les associacions mentals poden ser molt més instantànies. Per això, i d’altres causes que potser em deixo, diria que l’hipertext és l’inici d’un camí que tot just comencem a recórrer.
https://es.wikipedia.org/wiki/Asociacionismo
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